250 g de nueces (puedes usar una mezcla de nueces, pistachos, almendras o avellanas)
200 g de mantequilla derretida
1 cucharadita de canela en polvo
1/4 de cucharadita de clavo de olor molido (opcional)
2 cucharadas de azúcar (opcional, para mezclar con las nueces)
Para el almíbar:
1 taza de azúcar
1 taza de agua
1/2 taza de miel
1 cucharada de jugo de limón
1 cucharadita de agua de azahar o de rosa (opcional, para un toque aromático)
Preparación:
Preparar el relleno de nueces:
Triturar las nueces: Coloca las nueces en un procesador de alimentos y tritúralas ligeramente. No deben quedar demasiado finas, deben mantener un poco de textura.
Mezclar con especias: En un bol, mezcla las nueces trituradas con la canela, el clavo de olor y el azúcar (si decides usarla). Esta mezcla será el relleno del baklava.
Montar el Baklava:
Precalentar el horno: Precalienta el horno a 180°C.
Preparar el molde: Unta con mantequilla derretida una fuente para hornear (aproximadamente 30 x 20 cm). Asegúrate de cubrir bien todos los lados y el fondo.
Capas de masa filo: Coloca una hoja de masa filo en la fuente y úntala con mantequilla derretida usando un pincel. Repite el proceso, colocando una hoja sobre otra y untando cada una con mantequilla, hasta tener aproximadamente 8-10 hojas en la base.
Añadir el relleno: Esparce una capa de la mezcla de nueces uniformemente sobre la masa filo.
Capas adicionales de masa filo: Coloca otras 4-6 hojas de masa filo sobre las nueces, untando cada una con mantequilla. Luego, agrega otra capa de nueces. Repite este proceso hasta usar todo el relleno y la masa filo, dejando unas 8-10 hojas para la capa superior.
Cortar antes de hornear: Con un cuchillo afilado, corta el baklava en pequeñas porciones en forma de diamantes o cuadrados. Esto es importante, ya que será difícil cortar el baklava después de horneado sin que se desmorone.
Hornear: Hornea el baklava en el horno precalentado durante 45-50 minutos, o hasta que esté dorado y crujiente en la parte superior.
Preparar el almíbar:
Cocinar el almíbar: Mientras el baklava se hornea, prepara el almíbar. En una cacerola, mezcla el azúcar, el agua, la miel y el jugo de limón. Lleva a ebullición a fuego medio, removiendo ocasionalmente para que el azúcar se disuelva.
Agregar aroma: Una vez que el almíbar haya hervido durante unos 10-15 minutos, retíralo del fuego y agrega el agua de azahar o de rosas si decides usarlo. Deja enfriar.
Terminar el Baklava:
Verter el almíbar: Cuando el baklava salga del horno y aún esté caliente, vierte el almíbar frío de manera uniforme sobre la superficie. Asegúrate de que el almíbar cubra bien todas las capas.
Dejar reposar: Deja que el baklava repose durante varias horas o toda la noche. Esto permitirá que absorba el almíbar y se ponga jugoso en su interior.
Consejos adicionales:
Variaciones en el relleno: Puedes usar una sola nuez (como pistachos o almendras) o una combinación de varias. Cada tipo de nuez le dará un sabor ligeramente diferente al baklava.
Mantequilla bien aplicada: Asegúrate de untar generosamente la mantequilla entre cada capa de masa filo para obtener un baklava bien crujiente.
Corte preciso: Cortar el baklava antes de hornearlo facilita el servicio y asegura que el almíbar se absorba bien entre los cortes.
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