3 cucharadas de café árabe finamente molido (o café tostado claro)
1 cucharadita de cardamomo molido (ajustar al gusto)
1-2 clavos de olor (opcional)
Azafrán (opcional)
Dátiles para acompañar (opcional)
Preparación:
Hervir el agua: En una olla o cezve (tetera tradicional), hierve las 3 tazas de agua.
Añadir el café: Una vez que el agua esté hirviendo, retira la olla del fuego y añade el café molido. Remueve bien.
Hervir nuevamente: Vuelve a colocar la olla en el fuego y deja que el café hierva a fuego lento durante unos 10 minutos. Este proceso permite que el café se asiente en el fondo y se infusionen bien los sabores.
Añadir las especias: Cuando el café esté a punto de hervir por segunda vez, añade el cardamomo y los clavos de olor (si los usas). También puedes añadir una pizca de azafrán para darle un toque más especial.
Reposar: Retira el café del fuego y deja que repose durante unos minutos para que los posos de café se asienten en el fondo.
Servir: El café árabe se sirve en pequeñas tazas sin asa (llamadas finjaan) y, por lo general, no se endulza. Se suele acompañar con dátiles o dulces tradicionales.
Consejos adicionales:
Grado de molienda: El café árabe es muy fino, casi como polvo, similar al café turco, lo que ayuda a liberar los sabores y aromas.
Variación en las especias: Puedes ajustar la cantidad de cardamomo según tus preferencias. Algunas recetas también incluyen una pizca de canela o jengibre, pero el cardamomo es el más común.
Hospitalidad: Tradicionalmente, en los países árabes, el café se sirve como un símbolo de hospitalidad, y el anfitrión siempre ofrecerá al menos tres rondas de café como señal de respeto.
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