1 cucharada de té verde (preferiblemente Gunpowder)
Un puñado de hojas frescas de menta (alrededor de 10-12 hojas)
2-3 cucharadas de azúcar (ajustar al gusto)
4 tazas de agua
Hojas de menta extra para decorar (opcional)
Preparación:
Hervir el agua: Lleva 4 tazas de agua a ebullición en una tetera o cacerola.
Lavar el té verde: Coloca el té verde en la tetera (si es posible, una tradicional tetera de metal) y vierte un poco del agua caliente sobre el té, solo lo suficiente para cubrirlo. Remueve rápidamente y tira el agua. Este paso elimina el sabor amargo inicial del té verde.
Añadir menta y azúcar: Coloca las hojas de menta fresca y el azúcar en la tetera junto con el té verde lavado.
Añadir el agua caliente: Vierte el agua hirviendo restante sobre la mezcla de té y menta. Remueve para que el azúcar se disuelva.
Dejar reposar: Deja que el té repose durante unos 5 minutos para que se infusione bien con el sabor de la menta y el té verde.
Servir: Sirve el té vertiéndolo desde una altura moderada en los vasos pequeños, lo que airea la bebida y crea una ligera espuma en la parte superior. Decora con más hojas de menta fresca si lo deseas.
Consejos adicionales:
Sabor auténtico: El uso de té verde Gunpowder (té verde enrollado en bolitas) es lo tradicional, ya que ofrece un sabor robusto que se equilibra bien con la frescura de la menta.
Más dulce o menos: La cantidad de azúcar puede variar según tu preferencia, pero en la tradición árabe, el té con menta suele ser bastante dulce.
Reutilizar la menta: En muchas casas, se reutilizan las mismas hojas de té y menta para una segunda o tercera ronda, ya que el sabor se mantiene intenso.
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